Canché Maya, un rincón de marquesitas y sabores yucatecos en la Colonia Industrial
Todo empezó con un problema clásico para los heladeros: ¿quién quiere nieve cuando hace frío? A principios de los años 30, un señor muy ingenioso llamado Juan José Galera Almeida, desde las tierras calurosas de Yucatán, decidió que no iba a dejar que el clima le bajara las ventas. Así que agarró lo que tenía a la mano —conos de helado, mermelada, y un queso de bola que apenas estaba ganando fama— y se inventó una joyita crujiente: la marquesita. ¿El resultado? Un taco dulce que fue un éxito instantáneo y que, sin querer, puso a Yucatán en el mapa de los postres legendarios.

Ahora, casi un siglo después, este manjar ha hecho maletas y se ha instalado por toda la Ciudad de México. Puedes encontrar marquesitas en zonas turísticas como si fueran esquites o algodones de azúcar. Pero si de verdad quieres vivir la experiencia yucateca sin tomar un avión ni usar bloqueador solar, hay que ir al norte de la ciudad, específicamente a la colonia Industrial, donde el ambiente se llena de aroma a marquesita recién hecha cada noche.

Canché: mucho más que otro puesto de marquesitas
Yo pensaba que ya había visto todo en el mundo de las marquesitas… hasta que conocí Canché. A simple vista parece un localito más, pero en realidad es un homenaje sabroso y bien pensado a la cultura maya y sus sabores.

Aquí no solo preparan marquesitas como en Mérida, sino que también sirven café de una comunidad maya en Chiapas y cacao producido en Tabasco, preparado como los dioses del chocolate mandan: con agua o leche, y con todo el amor del mundo.
El menú es una carta de amor a los postres yucatecos. Además de las clásicas marquesitas, puedes encontrarte con buñuelos bañados en miel, pastelitos de camote con coco, y hasta una creación inesperada que mezcla lo dulce con lo salado: pastelito con jamón y queso. Suena raro, pero funciona. Confía.

Muchos lugares en la CDMX dicen vender marquesitas, pero la realidad es que, por la altura de la ciudad y otros detallitos técnicos, la masa tiende a quedar más crocante (y quebradiza). Pero en Canché lograron el milagro: la marquesita es suave, flexible, y con esa textura perfecta que te permite rellenarla sin que se deshaga como castillo de naipes.
Sus opciones no son una enciclopedia, pero sí son sabrosas: crema de cacahuate, queso crema, mermelada casera y, por supuesto, el alma de todo este asunto: el glorioso queso de bola, derretido al momento y servido bien calientito. Un bocado y estás en la playa, aunque afuera haya tráfico y microbuses.

El local es chiquito y encantador, con cuatro mesas adentro y algunas más sobre la banqueta. Ideal para ir con alguien especial o para una cita contigo mismx y una marquesita. El servicio es cálido, de esos que te hacen sentir que llegaste a casa aunque sea la primera vez que vas. Te explican todo, te recomiendan con gusto, y te atienden con una sonrisa.
Así que ya sabes: si te late la idea de saborear un postre yucateco auténtico, acompañado de un buen café o cacao, Canché es tu próxima parada obligatoria. Está en la colonia Industrial, pero te hace sentir que estás en el corazón de Yucatán… solo que sin tanto calor y con mejores tacos al pastor a la redonda.
¿De a cómo y de a cuánto?
Dirección: Cruz Azul #176, Colonia Industrial, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 17:00 a 22:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/canche.maya